viernes, 24 de julio de 2009

El sentido de lo sagrado


No es raro encontrarse con personas que cuestionan el sentido de la sacralidad en el mundo actual. Pareciera que para ellas lo sagrado fuese sinónimo de mítico e imaginario. Es sintomático que este rechazo no provenga únicamente de personas alejadas de la religión y cercanas a postulados materialistas. Muchos cristianos en general y católicos en particular, minusvaloran el vínculo que la sacralidad establece entre Dios y el ser humano. Para estas personas Dios es tan lejano o está tan recluido en nuestra emotividad interna, que solo nos condiciona a ser socialmente positivos.

Siguiendo con la temática relativa a los aspectos internos y externos del cristianismo nos encontramos con la necesidad de interpretar claramente qué es la sacralidad. Aunque las Iglesias latina y griega han guardado el sentido de lo sagrado que existía en los primeros tiempos y que impregnó todo la vida y mensaje de Cristo, en la actualidad el sentido de lo sagrado parece haberse desvanecido. En el mejor de los casos se asimila con lo venerable o respetable. Se tiende a interpretar la sacralidad únicamente desde el punto de vista cultural y psicológico, por lo que resulta evidentemente de escasa utilidad para el ser humano actual.

Previamente a entrar al tema, creo que es necesario definir a qué llamo sentido. Al hablar de sentido, me refiero todo lo que estructura y da coherencia a algo. Es decir, objetivo, presencia, significado, representatividad, profundidad, historia, etc.

Lo sagrado es largo de definir, por lo que remito al post que dediqué por entero al tema: ¿Qué es lo sagrado?

Resumiendo el asunto, la sacralidad es una propiedad que hace que reconozcamos algo como sagrado. Como indiqué en el post antes citado, la sacralidad se reconoce en la medida que cada uno de nosotros somos capaces de “leer” o interpretar determinados objetos, espacios, actos o textos como caminos de interrelación con Dios. Es evidente que si ignoramos la hermenéutica implícita, seremos incapaces de encontrar o entender la sacralidad presente en algo. Seremos capaces de dar a lo sagrado un sentido tradicional o cultural a lo sagrado.

Para empezar a entender la sacralidad es necesario comprender la relación que tiene con el concepto de analogía y paradigma. Jesús solía explicar las verdades incomprensibles por medio de parábolas. Con las parábolas nos indicaba las similitudes que tenía lo inabordable con lo cotidiano. Jesús estaba familiarizado con la necesidad de dar a conocer a Dios por medio de las analogías presentes en la creación como única forma de hacer llegar al ser humano, el conocimiento de la divinidad

Esta forma de proceder no es nada extraña. De forma similar, un matemático sabe que una formula matemática no es la verdad por sí misma, pero gracias a ella se puede expresar una analogía gráfica y funcional de la misma.

Cuando veneramos un objeto como sagrado, lo que deberíamos hacer es leer en éste la analogía que nos da noticia o comprensión de Dios. No adoramos el objeto ni le damos rango divino, solo nos acercamos a Dios por medio suya. Dios es quien se nos revela gracias a la analogía presente en el objeto, espacio o ritual. El objeto sagrado es una puerta que nos comunica con Dios.

Siempre que encontramos una analogía en dos sistemas, reconocemos que existe una relación que nos permite comprender uno observando el otro. De igual manera, es posible comprender la revelación divina por medio de iconos, escrituras, templos o la misma naturaleza.

Los judíos utilizaban constantemente las sagradas escrituras como referencia que daba consistencia a los hechos que vivían. No es raro encontrar citas y referencias que llevan de libro en libro, del Antiguo Testamento. ¿Qué razón tendrían para hacer esto? Precisamente lo hacían para dar noticia cierta de algo, ya que quedaba corroborada dentro de la analogía bíblica correspondiente.

Los actos y discursos de Jesús y los Apóstoles están llenos de referencias a la Biblia más allá de la simple textualidad. Con ello lograban dos cosas: dejar constancia de que sus actos estaban en consonancia (resonancia) con los designios de Dios y dar veracidad a lo que después se contara de ellos. Por lo tanto, actuaban y describían sus acciones de manera sagrada haciendo patentes los lazos de analogía de presente y pasado.

Podríamos decir que el sentido de lo sagrado es reestablecer el vínculo con Dios gracias a analogías y paradigmas… pero al mismo tiempo, hacer que nuestros actos sean significativos y estén en sintonía con el plan de Dios. En una frase, comunicarnos con Dios siendo símbolos de la verdad.

Retomando el tema de la dualidad de Mensaje-Misterio Cristiano, seguramente nos preguntemos dónde encaja lo sagrado. ¿En el Mensaje o en Misterio? Desde mi punto de vista, lo sagrado es consustancial a ambos. Utilizando el símil (analogía) de una moneda, lo sagrado sería el metal donde se imprimen cara y cruz: Mensaje y Misterio.

Si eludimos hacer referencias al sustrato, que une cada elemento del Mensaje y Misterio, mediante analogías que subyacen en todo lo revelado y creado, nos quedamos con un mensaje sustentado en el voluntarismo y buenismo que impregna la postmodernidad. Además, al excluir la sacralidad se pierde el sentido de veracidad, a la vez que se pierde la comprensión analógica que conlleva. Por eso, la tradición apostólica es tan importante para poder interpretar las escrituras, ayer, hoy y mañana. El peligro de olvidar el sustrato sagrado es la relativización, a nuestro gusto, del mensaje cristiano… suceso demasiado habitual en la actualidad.

La tradición católica y ortodoxa nos ha enseñado que el mensaje debe estar unido al misterio y además estar ambos constantemente referenciados a la revelación de Dios. Los evangelios, cartas apostólicas textos, sermones y libros de los Padres de la Iglesia demuestran la necesidad de esta sintonía y resonancia con la revelación divina. La sacralidad, por lo tanto, reúne y consolida el vínculo entre lo humano y divino por medio de símbolos.

Hace poco conversaba el hilo: "La evangelización no empieza por la sacramentalización" del blog de Iglesia Provocativa sobre la necesidad de dotar al mensaje cristiano, incluso al propio kerigma, de su aspecto sagrado.

Traduciendo, lo que proponía era dotar al mensaje de anclajes, analogía y resonancias que den certeza, coherencia y que además vayan enseñando, a quien lo oye, que todo está ligado por los distintos niveles de la revelación. Mi opinión extrañó. Seguro que más de uno se preguntó ¿Qué dice este buen hombre sobre que el kerigma debe estar impregnado de sacralidad? Vaya ideas tiene…

Vayamos a la fuente del Kerigma. Si tomamos el discurso de Pedro en Pentecostés nos daremos cuenta que está impregnado de sacralidad de arriba abajo: Hch 2, 14-47

Cada frase tiene resonancias y lazos con la revelación de Dios al pueblo judío y a la que los Apóstoles recogieron de Cristo. No es momento para que desgrane frase por frase todo el discurso, pero la referencia a David, la profecía de Joel (Jl 1,3) y el colofón del bautismo de los convertidos son botones de muestra de cómo el discurso del Kerigma se unió con puntadas llenas de sacralidad. Esta sacralidad fue la que despertó en los judíos, confianza en lo que se decía y les llevó a aceptar el bautismo. El bautismo actuó como broche de compromiso con Dios y con la Iglesia naciente. El acto bautismal, como sacramento que es, actuó como catalizador que acrecienta el compromiso e induce carácter a quien lo recibe.

Este discurso no hubiera tenido el mismo efecto en paganos. Recordemos que el discurso de Pablo en el Areópago de Atenas no tuvo el mismo efecto que el de Pedro en Pentecostés. La sacralidad griega no tenía vínculos sagrados necesarios para aceptar como verdad lo que Pablo les expuso… y eso que Pablo, que no era nada tonto, supo urdir un discurso ajustado al “dios desconocido”. Lo malo es que los atenienses eran ya escépticos consagrados y ese dios desconocido era eso… desconocido.


Entonces ¿Cómo se evangelizó a los paganos? El Kerigma evidentemente no fue el detonante de su conversión. Pero el tema de los paganos excede totalmente este post.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien expresas ese fondo Sagrado ...el cual se manifiesta a los OJOS DEL CORAZON a todo aquél a ÉL orientado, sintonizado, abierto y entregado... Ese ASPECTO SAGRADO es LA VISION PROFUNDA, AMADO MISERERE... ES EL ASPECTO DE LA SABIDURÍA QUE EN NOSOTROS SE MANIFIESTA AL DEJARNOS LLENAR POR ÉL..POR SU MIRADA...AL PURIFICARNOS CON SU ESPIRITU Y TAMBIEN CON NUESTRA VOLUNTAD DE LLEGAR A ÉL POR MEDIO DEL PENSAMIENTO, PALABRA Y OBRA... ESOS MEDIOS HABILES QUE POSEEMOS PARA SER UTILIZADOS Y ABRIRNOS CON ELLO AL MISTERIO...DE LO SAGRADO... EN TODO MOMENTO, CIRCUNSTANCIA Y LUGAR.

UN ABRAZO SIEMPRE FRESCO, CALIDO Y NUEVO.

Siempre cercana

Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com

Miserere mei Domine dijo...

Gracias Carmen. Hace algunos siglos que hemos perdido el sentido de lo sagrado, lo que nos lleva a despreciarlo como algo antiguo o inútil para el ser humano contemporáneo. Así que por recordarlo que no quede....

Un abrazo :)

Unknown dijo...

como siempre, gracias por la referencia a Iglesia Provocativa. es hermoso lo que comentas de lo sagrado. Me recuerda al Don de Sabiduría, que es el que nos da el ES para ver las cosas desde Dios, y eso es ver la sacralidad de las cosas. La creación se ha hecho más sagrada que nunca con la encarnación del verbo, y saber encontrar a Dios en ella es el tipo de contemplación que practicó gente como San Francisco de Asís .
En lo que me toca, dotar al kerigma del aspecto sagrado, no es sino ungirlo del Espíritu Santo, que es actúa, quien hace, quien sacraliza. Un kerigma teórico, como el de San Pablo en el Aerópago, es un Kerigma vacío. Me interesa la reflexión que planteas sobre los paganos, la falta de lo sagrado, y como en consecuencia no pueden entender el mensaje como los judíos.

Miserere mei Domine dijo...

Gracias por pasarte por mi blog Tote. Para mi uno de los problemas que tenemos dentro del cristianismo es la perdida del sentido de la sacralidad.

Si olvidamos la sacralidad, perdemos el misterio y nos quedamos con un mensaje cristiano falto de raíz... y sin raíz el árbol se va secando.

Sobre al contemplación, no se si conocerás el vía mística de los hermanos ortodoxos. Es alucinante. A ver si entro en ese tema en una entrada de mi blog...

Un saludo :)

Miserere mei Domine dijo...

Perdona Tote, pero ya traté el tema del camino místico oriental dentro de la entrada "Religión" de este mismo blog. http://misteriocristiano.blogspot.com/2009/02/la-religion.html

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